Conocemos al fútbol como un juego, pues es un deporte, una afición, una competencia, para muchos se transforma en un plan de descanso, una manera sana de compartir y de socializar, ya que es todo un espectáculo de entretenimiento, una identidad, una emoción, una pasión, pero algo no debemos dudar, y es que también se trata de un negocio, incluso es colaborador para los suministros industriales, de esa magnitud es su alcance.
Durante los últimos años, el gran auge del fútbol ha llegado a desbordar su función lúdica y se ha transformado en una industria en la que se movilizan importantes cantidades de dinero, lo que ha monetizado las pasiones de la sociedad.
En tal sentido, y aunque el fútbol encontró sus inicios siendo un deporte con un componente de negocio, en la actualidad forma parte de la industria del entretenimiento con un importante ingrediente deportivo.
Se ha visto como han ido evolucionando con el paso del tiempo las fuentes de ingresos de los equipos conjuntamente con el contexto tecnológico de la época. Al principio estos provenían sobre todo de la taquilla; y es la razón por la que los viejos estadios siempre se encuentran el la búsqueda del máximo de capacidad.
Más tarde hizo su entrada la televisión y con ella todo lo referente a los derechos de retransmisión los cuales sirvieron para ampliar los ingresos por patrocinios y publicidad.
En la actualidad, aparte de las múltiples opciones que ofrece internet, es posible encontrar distintas apps que cada aficionado puede utilizar si desea seguir los resultados de su equipo.
Del mismo modo, el fútbol no deja de producir, como lo señalan los economistas, “externalidades” positivas donde se incluyen: aumento de la venta de televisores, suscripciones de canales de televisión por cable, mayor afluencia en bares y restaurantes, venta de camisetas y otros artículos deportivos, viajes acompañando al equipo o selección, entre muchos más.
En días recientes, Javier Tebas, quien es el presidente de La Liga de España, manifestó durante el World Football Summit, que el fútbol profesional en España equivale al 1,07% del PIB español y que además este deporte ha llegado a ocupar al 1,43% de la población con contrato de trabajo en dicho país.
Ahora, el gran reto que afronta la industria del fútbol hoy radica en convertir a los aficionados en clientes con el objetivo de que consuman determinado producto publicitario perteneciente a la inmensa gama de posibilidades que se ofrecen.
Tales afirmaciones son tomadas de acuerdo a Emilio Butragueño, quien es el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, club que cuenta con más de 210 millones de seguidores a nivel mundial y con los que intentará monetizar el afecto que sienten por el equipo español.
Además, y en referencia al futuro de los ingresos de los clubes estos requieren que los estadios se conviertan en puntos de encuentro durante toda la semana, en centros de ocio donde se interactúe con el aficionado ofreciendo opciones personalizadas para los fans.
Con el objetivo de desarrollar dichas actividades han de confluir distintos actores: gobiernos, federaciones y confederaciones, ligas, clubes, jugadores, patrocinadores, fabricantes de prendas deportivas, medios de comunicación e inversionistas, a estos últimos les toca articular para conseguir los resultados esperados.
En Colombia por ejemplo, al margen de la exportación a distintas ligas del mundo de jugadores como jóvenes promesas futbolísticas, el reto ha de ser distinto e iniciado por los directivos del fútbol profesional ya que son precisamente los directivos de los diversos clubes los que deben gestionar de forma coordinada todas las oportunidades de negocio que puede llegar a representar el fútbol.